
Maribel Guardia recordó a su hijo Julián y reveló los momentos más duros de su vida
En una conversación íntima, la actriz rememoró las experiencias más determinantes de su historia familiar y personal: Desde su infancia hasta la pérdida de su hijo Julián, Maribel abrió su corazón con honestidad y serenidad.
Detrás del carisma y la elegancia de Maribel Guardia, hay una historia tejida por emociones intensas. Durante una dinámica especial en el programa “Hoy Día”, la actriz se atrevió a mostrar su lado más personal.
Su testimonio no solo conmovió, también dejó entrever la fortaleza que ha guiado su vida.
Julián Figueroa, el recuerdo más luminoso
Uno de los momentos más conmovedores fue cuando habló de su hijo Julián Figueroa. Guardia recordó que el nacimiento de Julián fue el día más feliz de su vida: “Cuando lo llevaba en brazos, dije: ‘Dios, este es el día más feliz de mi vida’”.
Agregó que conserva con nitidez momentos únicos como “la primera sonrisa, la primera vez que gateó, la primera palabra que dijo”.
La pérdida de Julián dejó una herida profunda en la actriz, quien expresó que su hijo “se llevó la otra mitad de mi corazón, pero la otra mitad la dejó llena de los recuerdos más bellos de mi vida”. Sus palabras reflejan un equilibrio entre el dolor y el amor que sigue vigente.
Una hermana que se convirtió en madre
Maribel también habló de la figura de su hermana, quien fue crucial en su infancia tras quedar huérfana de madre a los 9 años.
“Esta hermana me adopta y me cría. Entonces, es mi segunda madre”, relató. Hoy, con 85 años, esa hermana sigue siendo una mujer fuerte, a pesar de haber enfrentado dos tipos de cáncer.
La actriz viajó recientemente a Costa Rica para celebrar con ella el Día de la Madre, un gesto que resalta el valor de los vínculos familiares que la sostienen.
Su padre: una figura compleja y admirada
Guardia también evocó a su padre, quien falleció cuando ella tenía 19 años. Aunque admitió haber tenido resentimientos en su juventud, ahora reconoce lo que recibió de él: “Ahora que soy grande me doy cuenta de que me dio lo mejor que pudo”. Su muerte, como la de su madre, marcó un antes y un después en su vida.
Una vida marcada por desafíos y resiliencia
Durante la entrevista, Maribel expresó su gratitud a pesar de los momentos difíciles. Recordó su llegada sola a México y su recorrido en la vida personal.
“Agradecida con Dios, porque él me dio la fortaleza de perder a mi mamá a los 9 años, de perder a mi papá a los 19, de llegar sola a México. Después me dio un hijo maravilloso que me va a acompañar hasta el día que me muera”, reflexionó. Y concluyó: “Ese dolor no se lo deseo a nadie”.
El testimonio de Maribel Guardia deja entrever una vida forjada en el amor, el compromiso familiar y la superación de grandes pérdidas. Sus palabras resuenan con fuerza como una lección de entereza.