
De la fama mundial a las tragedias familiares: la historia de Las Trillizas de Oro tras 48 años de carrera
A 48 años de su debut, Las Trillizas de Oro repasan una vida marcada por el éxito, el amor y profundas pérdidas familiares. Un recorrido por su historia junto a Julio Iglesias, sus matrimonios con polistas y las tragedias que las unieron aún más.
A casi cinco décadas de su debut, Las Trillizas de Oro siguen siendo un símbolo de la cultura popular. Con una trayectoria que comenzó en su infancia, María Emilia, María Eugenia y María Laura Fernández Rousse cautivaron al público con su talento y su imagen idéntica. Juntas atravesaron una carrera que incluyó éxitos televisivos, giras internacionales y también dolorosas experiencias.
El trío debutó artísticamente en 1968, cuando aparecieron en televisión a los ocho años. Desde entonces, compartieron escenarios con reconocidos artistas, grabaron discos y se mantuvieron siempre unidas. A sus 64 años, recordaron en entrevistas recientes sus momentos más felices y también los más difíciles, revelando que el lazo que las une va mucho más allá de lo profesional.
Una carrera brillante en la música y la televisión
Las Trillizas alcanzaron gran notoriedad en Argentina en su infancia. Su aparición en “Sábados Circulares” marcó el inicio de una carrera que las llevaría a trabajar en cine, televisión y música. Con el tiempo, su carrera tomó un giro decisivo cuando se convirtieron en coristas del cantante Julio Iglesias. A su lado, recorrieron el mundo y vivieron momentos de gran popularidad.
En 1978 celebraron su cumpleaños número 18 en plena gira con el artista español. Según contaron, fue una experiencia inolvidable. En ese viaje estuvieron acompañadas por sus padres, su abuela y su representante. Fue también en esa época que comenzaron a compartir escenarios internacionales, destacándose en países como Venezuela, Japón, Alemania, Italia y Turquía.
La relación con Julio Iglesias fue profesional, pero también les dejó una profunda huella. En la mesa de Mirtha Legrand, en 2019, recordaron que quien hizo el contacto fue Juan Alberto Mateyko, y que relacionarse con el cantante español les cambió la vida.
Si bien bromearon con el rumor de que Iglesias se habría enamorado de María Laura, ella negó todo. Las tres estuvieron de acuerdo en él siempre fue muy respetuoso con ellas, a pesar de la diferencia de edad: "Era un caballero, un señor", remarcaron.
Con el paso del tiempo, decidieron dejar la vida de giras para enfocarse en sus propias familias. La decisión coincidió con el deseo de priorizar sus hogares y el crecimiento de sus hijos. Sin embargo, nunca se alejaron del todo del espectáculo. Incluso volvieron a la televisión en 2020 con un magazine matutino y recientemente lanzaron su propio perfume.
María Eugenia: un amor nacido en España
La historia de amor de María Eugenia comenzó en 1979, justamente durante una gira con Julio Iglesias en España. Allí conoció a Horacio Laprida, quien jugaba un torneo de polo. El flechazo fue inmediato, y aunque pasaron meses separados por sus compromisos, se casaron en diciembre de 1982.
Juntos tuvieron cuatro hijos: Geñi, Horacio Jr., Laura y Pilar. La pareja atravesó momentos difíciles, incluyendo la muerte de su hija mayor. A pesar del dolor, la unión familiar se fortaleció. María Eugenia declaró que siempre priorizó la familia y que los años compartidos le dejaron una base sólida de amor.
María Laura: una relación tejida por el destino
A María Laura la unió el amor con Ernesto Trotz, también jugador de polo. Se conocieron en una fiesta familiar organizada por su cuñado y comenzaron su relación en 1980. Tras tres años de noviazgo, se casaron en 1983. Tuvieron tres hijos: Bárbara, Paulina y Ernesto Jr..
La distancia fue una constante en la relación, ya que Ernesto pasaba la mayor parte del año viajando por su carrera. María Laura decidió acompañarlo, dejando de lado su carrera artística. En entrevistas recientes, afirmó que nunca sintió esa elección como un sacrificio, sino como un compromiso compartido con amor.
María Emilia: el flechazo más rápido
María Emilia fue la última en conocer a su esposo, Clemente Zavaleta, pero la primera en casarse. El encuentro fue en un partido de polo en Pilar. Lo vio y pidió que se lo presentaran. Se casaron ocho meses después, en diciembre de 1981, y vivieron varios años en Baradero.
Con Clemente tuvo tres hijos: Emilia, Clemente Jr. y Sonia. La vida familiar se desarrolló entre distintos países, siempre acompañando la carrera de su esposo. María Emilia explicó que la decisión de trabajar menos fue consciente y que priorizó el bienestar de sus hijos y el vínculo de pareja.
El accidente de Clemente Zavaleta Jr.
La vida de esta familia no ha estado exenta de sustos, dolores y tragedias. En marzo de 2022, Clemente Jr., hijo de María Emilia, sufrió un grave accidente mientras jugaba al polo en Palm Beach. Durante una jugada, su yegua dio un salto inesperado y fue embestido por otro jugador, cayendo fuertemente al suelo.
Estuvo inconsciente entre 10 y 15 minutos y fue trasladado en helicóptero a un hospital, donde fue inducido a un coma y operado por un coágulo en el cerebro. Sufrió múltiples lesiones, incluyendo fracturas costales y daño pulmonar. Su estado fue crítico, pero logró recuperarse con el tiempo.
La pérdida de Geñi y su huella en la familia
En 2018, María Eugenia y su familia enfrentaron uno de los momentos más dolorosos de sus vidas: la muerte de Geñi, su hija mayor, a los 34 años. La joven había enfrentado un cáncer de mama que luego derivó en metástasis cerebral. Su fallecimiento dejó una marca profunda en todos sus seres queridos.
Desde entonces, tanto María Eugenia como sus hermanas la recuerdan con homenajes en cada aniversario. En junio de 2025, la familia compartió una imagen de Geñi con el mensaje “Nuestro ángel” en el día en que hubiera cumplido 41 años. La foto, serena y natural, refleja el cariño permanente que mantienen por ella.
Laura Laprida, hermana de Geñi, también la recordó en redes sociales con una imagen de ambas y una canción dedicada a quienes luchan contra el cáncer. Desde España, donde reside actualmente, expresó cuánto la extraña. A principios de año había anunciado su embarazo y compartido sus dudas sobre la maternidad tras la muerte de su hermana.
La noticia del embarazo emocionó a toda la familia. Laura explicó que durante mucho tiempo no estuvo segura de querer ser madre: "Tenía miedo a estresarme, a enfermarme, a hacerlo mal. Miedo a criar un hijo en un mundo donde mi hermana no está, en un mundo con tecnología y todos los cambios que trae”, contó. Pero finalmente tomó la decisión junto a su esposo, dejando que la vida siguiera su curso.
Hoy, pasados los 60 y rodeadas de hijos y nietos, Las Trillizas de Oro mantienen intacto su vínculo. Lejos de los escenarios internacionales pero activas en nuevos proyectos, siguen compartiendo la vida con la misma unidad que las hizo únicas desde niñas.
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