
El último deseo de la hija de Norma Lazareno, que falleció a los 19 años — Lo que Norma le hizo a Paulina tras su muerte
Una llamada llena de alegría se convirtió en el último contacto entre una madre y su hija. “¡Tengo buenas noticias! Ya voy para allá”, le dijo Paulina Lazareno a su madre, Norma. Nadie imaginaba que esas serían sus últimas palabras.
Con apenas 19 años, Paulina había comenzado a abrirse camino como actriz. Había estudiado en el CEA de Televisa, actuado en telenovelas como “Marisol” y se preparaba para formar parte del elenco juvenil de “Mi pequeña traviesa”.
Aquella noche, la del 27 de junio de 1997, Paulina nunca llegó a casa. La única hija de estrella mexicana perdió la vida en un accidente y sin saberlo, su madre, cuando despertó en la madrugada y no la vio, supo que algo estaba mal. Los detalles del suceso, más sobre su vida y la relación que tuvo con Norma, los conocerás en la siguiente historia.

Norma Lazareno posa para las fotos en la alfombra roja durante el estreno de la obra "Dos Locas de Remate" en el Teatro Libanes el 24 de marzo de 2022 en Ciudad de México, México. | Fuente: Getty Images.
Una carrera que apenas comenzaba
Desde pequeña, Paulina soñaba con ser actriz. A los 15 años participó en su primera película, “Maldita ciudad”. En 1994 apareció en “Caminos cruzados” y luego en “Marisol”, donde demostró su talento. Tenía disciplina, carisma y el respeto de todos. “Quiso empezar desde abajo”, explicó su madre, “sin privilegios por su apellido”.
Su última oportunidad iba a ser en “Mi pequeña traviesa”, donde interpretaría a "Bárbara". Mariana Seoane, su compañera de estudios, acabaría tomando ese papel tras su partida. La cita con Nicandro Díaz era para afinar detalles sobre esa producción.

Norma y Paulina Lazareno. | Fuente: Youtube/Tlnovelas
¿Qué ocurrió aquella noche?
Una llamada cargada de alegría pasó a ser el último recuerdo que grabó Norma con Paulina. La joven promesa del espectáculo, se había reunido con Nicandro Díaz quien le había brindado detalles de lo que sería su próximo reto actoral.
En la llamada telefónica que conectó por última vez a Norma con su hija tuvieron el siguiente diálogo:
- "Hijita, ¿Dónde estás?".
- "Voy saliendo de la casa de Nicandro (Díaz, productor de telenovelas). ¡Tengo buenas noticias! Ya voy para allá".

Norma Lazareno posa para fotos durante la celebración del 90 aniversario de ANDA en el Teatro Jorge Negrete el 12 de noviembre de 2024 en la Ciudad de México, México. | Fuente: Getty Images.
Esa noche fue la última vez que hablaron madre e hija. Tras la llamada, Norma despertó a la madrugada y supo que algo no estaba bien. Paulina no había regresado. Horas después, la policía confirmó la tragedia: el auto de la joven se había volcado cerca de casa. Había fallecido de forma instantánea.
Pablo Ferrel, su padre, fue quien reconoció el cuerpo. Norma, al enterarse, se desplomó en medio de sus seres queridos. “Yo también morí un poco con ella”, dijo más tarde la actriz.

Norma Lazareno junto a su difunta hija Paulina. | Fuente: Youtube/Tlnovelas
La luz en medio de la oscuridad: el último deseo de Paulina
En medio de tanto dolor, emergió un rayo de esperanza. Paulina había expresado en vida un deseo muy claro: donar sus órganos. Sus padres cumplieron su voluntad. “Se donaron, entre otras cosas, sus córneas. Así que alguien recuperó la vista, por ella”, contó Norma.
Aunque quiso saber quién recibió el trasplante, la ley lo impidió. Aun así, pudo ayudar a esa persona de forma anónima durante años: “Le hice llegar sus útiles escolares y ayuda para sus estudios. Eso me dio mucha felicidad, mucha tranquilidad”.
El acto de amor de su hija permitió que la tragedia tuviera un matiz de bendición. “La tragedia de perder a mi hija tuvo una bendición oculta”, reflexionó Norma. Ese gesto de Paulina le dio razones para seguir adelante y le permitió sanar, poco a poco, una herida que jamás dejaría de doler.

Norma Lazareno actuando durante el estreno de la obra Los huevos de mi madre, en el Teatro San Rafael el 7 de septiembre de 2022 en la Ciudad de México, México. | Fuente: Getty Images.
Un amor que perduró más allá de la pérdida
Paulina fue fruto de un amor inesperado. Norma y Pablo Ferrel se conocieron durante el rodaje de “Supervivientes de los Andes”. A pesar de la diferencia de edades, se enamoraron profundamente y formaron una familia. Aunque se separaron años después, el dolor por la muerte de su hija los unió de nuevo.
“Pablo y yo estuvimos separados muchos años, pero siempre nos vimos como amigos. Después de la muerte de nuestra hija, volvimos a acercarnos. A vivir juntos. A amarnos”, confesó Norma. Nunca firmaron el divorcio. Para ella, esa reconciliación fue otro regalo que Paulina les dejó desde el cielo.

Norma Lazareno actuando durante el estreno de la obra Los huevos de mi madre, en el Teatro San Rafael el 7 de septiembre de 2022 en la Ciudad de México, México. | Fuente: Getty Images.
Norma Lazareno confesó que tras la muerte de Paulina, cayó en una profunda tristeza. “No sé si dormí o si comí. Estuve en el velorio de mi hija, pero no recuerdo cómo fue. Yo era una cosa, un objeto”. Fue su amigo Gonzalo Vega quien la convenció de volver al teatro, a su obra “La Señora Presidenta”. Eso la ayudó a mantenerse viva.
El apoyo de sus amigas también fue fundamental. Silvia Pinal, que había vivido la muerte de su hija Viridiana, la abrazó sin decir nada. “Todos los días sentía y siento que Paulina está aquí, junto a mí, que me cuida”, compartió Norma. En medio de la tristeza, descubrió que el amor de madre no muere. Solo cambia de forma.

Norma Lazareno posa para una foto durante un evento de alfombra roja para el musical Jesucristo Superstar en CCT 1 el 10 de octubre de 2024, en Ciudad de México, México. | Fuente: Getty Images.
El legado de Paulina
Paulina dejó una huella imborrable. No solo en su madre, sino en quienes la conocieron. Era alegre, educada y sensible. Su partida no solo dejó un vacío, sino también una misión. Gracias a su deseo de donar órganos, alguien más pudo volver a ver. Y gracias a su memoria, sus padres se reencontraron.
Hoy, Norma sigue actuando. Recientemente, celebró el cierre de temporada de la obra “Los Huevos de mi Madre”, que se presentó en el Teatro Jorge Negrete y ahora llega a Teziutlán, Puebla. Una comedia musical “que sana, emociona y une corazones”, tal como la vida de Norma, marcada por el dolor, pero también por la esperanza.
Una madre que nunca olvida
Norma recuerda a Paulina todos los días. Cada función, cada aplauso, es también para su hija. “Nunca te vas a recuperar de la muerte de un hijo”, dice. Pero en su mirada brilla la luz de alguien que ha encontrado una razón para seguir adelante: honrar la memoria de Paulina con amor, con arte y con vida.
Paulina fue una joven con una luz única: disciplinada, carismática y profundamente amorosa. A los 19 años ya se abría paso con humildad en el mundo del espectáculo, sin buscar privilegios, con la ilusión de hacerse un nombre propio. Sus padres se sentían orgullosos de su dulzura, su inteligencia y su vocación.
Hoy, Norma Lazareno sigue en pie. Actriz de leyenda, con más de seis décadas en los escenarios, ícono del cine, la televisión y el teatro mexicano, lleva en su corazón la mayor de las tragedias y, al mismo tiempo, la mayor muestra de amor: la de una madre que honra a su hija cada día.
Con cada función, con cada personaje, con cada lágrima en escena, revive también la memoria de Paulina. Y aunque la ausencia duele, su legado —hecho de generosidad, talento y esperanza— vive en cada persona a la que tocó, y especialmente en los ojos de alguien que volvió a ver gracias a su último acto de amor.
