
Andrés Felipe Martínez, actor de "Pasión De Gavilanes", trabaja ahora como conductor y repartidor en EEUU para mantener a sus hijos
De las telenovelas al trabajo en las calles de EE. UU.: la transformación de un actor conocido en Colombia.
Durante años formó parte del elenco de populares producciones de la televisión nacional, pero ahora enfrenta una realidad completamente diferente, lejos de cámaras y libretos.
Su decisión de dejar todo atrás en Colombia ha sorprendido a muchos. Hoy, vive un día a día exigente con tal de cumplir una promesa familiar que lo guía en cada paso.
Algunos lo siguen reconociendo, incluso en los rincones más inesperados. Pero él ya no vive de la fama: su enfoque ha cambiado, y su historia da cuenta de una vida marcada por el sacrificio.
Andrés Felipe Martínez cambió los sets por el volante
Andrés Felipe Martínez, actor colombiano recordado por sus papeles en “Padres e hijos” y “Pasión de Gavilanes”, atraviesa una etapa completamente distinta a la que vivía cuando era reconocido por la televisión nacional.
Conocido por interpretar a Malcom Ríos, el mayordomo aliado de Fernando Escandón en la primera temporada de “Pasión de Gavilanes”, hoy tiene una vida alejada del espectáculo.
En una entrevista con el programa “Lo sé todo” del Canal 1, Martínez explicó que su presente laboral se desarrolla como conductor de una empresa de alquiler de vehículos y realizando entregas de comida en Estados Unidos.
El cambio se dio tras una difícil etapa personal y económica luego de su divorcio, que lo llevó a buscar nuevas oportunidades laborales en el extranjero para poder sostener a sus tres hijos: Pablo, Isabella y Gabriel.
"Cuando yo llegué, me dijeron que conseguir trabajo era fácil, pero no fue así. A mí me tocó duro, me tocaba levantar cajas de hasta 100 libras que enviaban a Colombia y Venezuela", relató.
La motivación detrás del cambio
Actualmente con 63 años, Andrés Felipe Martínez recuerda que su decisión de emigrar fue impulsada por una etapa difícil, marcada por cambios personales y económicos.
En Estados Unidos ha enfrentado una rutina exigente que contrasta con su pasado actoral. “Aquí se vive para trabajar”, comentó al describir su nueva realidad.
El actor compartió que en sus primeros días en Miami llegó a dormir en el suelo, ya que prefería quedarse cerca de su trabajo para evitar gastar tiempo y dinero en traslados.
En una ocasión, mientras esperaba el bus en un sector complicado de la ciudad, un colombiano lo reconoció y lo ayudó a salir del lugar.
La dificultad más grande ha sido emocional. En “La Red” de Caracol Televisión, dijo:
"Cuando hablo con mis hijos, siento la soledad más grande. Eso me parte el corazón, me hace sentir que las fuerzas me faltan y me provoca salir corriendo a abrazarlos. Pero sé que si hago eso mis hijos se van a quedar sin futuro y al cabo de dos meses nos vamos a morir de hambre. Es un sacrificio".
En “Lo sé todo” del Canal 1, reiteró: “Trabajas, duermes, trabajas, duermes… y sin familia, es muy duro. Hay mucha soledad”
Un empleo fuera de cámaras, pero con propósito
Actualmente, Martínez lleva dos años en su trabajo como conductor y repartidor. Aunque no es fácil, ha logrado cierta estabilidad: "Recibir un cheque cada 15 días, eso no tiene precio. Gracias a eso puedo enviar dinero y darles de comer a mis hijos, y eso vale más que cualquier otra cosa", dijo en “Lo sé todo”.
Frente a quienes lo reconocen y le expresan lástima, fue enfático: "La gente me ve y se sorprende, se toman fotos conmigo y a veces me dicen con pesar: '¡Pobrecito!'. Pero, la verdad, no me duele el ego porque estoy haciendo lo necesario para sacar adelante a mis hijos. Y eso es más valioso que cualquier fama o reconocimiento".
En su testimonio también señaló que muchos migrantes, especialmente mujeres latinas, enfrentan retos similares: "El 90% son latinas y muchas están en modo supervivencia, tratando de resolver su estatus migratorio. No es fácil conectar", comentó al hablar sobre su vida sentimental actual.
Sin dejar la actuación por completo
A pesar de su trabajo en el área de transporte y logística, Andrés Felipe Martínez no ha abandonado por completo la actuación.
Ha participado en obras de teatro en Atlanta y mantiene vínculos con una iglesia cristiana donde también ha podido ejercer su vocación. Esto le permite mantener vivo su interés artístico mientras continúa adaptándose a su nueva realidad.
En su cuenta oficial de Instagram, @andresfelipemartinezoficial, sigue compartiendo momentos personales y profesionales, conservando el contacto con sus seguidores y manteniéndose activo en redes sociales.
También reveló que en EE. UU. ha logrado ahorrar en alimentación y vivienda. Aunque no suele alimentarse de forma abundante y comparte apartamento con otras personas, valora la posibilidad de ahorrar y enviar dinero a su familia.
"Aquí encontré lo que vine a buscar. Sí, tengo dificultades, pero sé que voy a salir adelante. Por primera vez tengo ahorros, y eso ya es una gran victoria", afirmó.
Reacciones de los usuarios
Las redes sociales no tardaron en reaccionar ante la historia del actor. En una publicación, los comentarios reflejaron sorpresa, empatía y nostalgia.
“¡No puede ser!”, comentó una persona. “El papel de malo le arruinó la vida”, expresó otra. “Gran actor, qué lástima que tenga que vivir así”, dijo alguien más.
Estas opiniones muestran cómo el recuerdo del personaje que interpretó sigue presente en la memoria colectiva de quienes lo vieron en pantalla, y cómo su situación actual ha generado impacto entre sus seguidores.
Una vida marcada por el esfuerzo
La historia de Andrés Felipe Martínez pone en evidencia las complejidades que enfrentan muchos artistas cuando se ven obligados a dejar su carrera para priorizar la estabilidad familiar.
Su cambio de vida fue impulsado por la necesidad, pero también por un profundo compromiso con el bienestar de sus hijos.
"Yo esto lo estoy haciendo por mis hijos, seguramente si no tuviera a mis hijos estaría en Colombia… Aquí se sufre mucho, las condiciones son muy difíciles, pero hay una gran diferencia: mientras que en mi país haciendo un trabajo como el que yo hacía el año pasado, no me daba para comer, aquí sí", explicó.
Este testimonio, compartido en distintas entrevistas, muestra una faceta menos visible de las figuras públicas: la lucha silenciosa por salir adelante, incluso si eso implica empezar desde cero en otro país.