
La triste tragedia detrás del éxito de Lyn May — Romance con un presidente, infancia difícil, luchas personales y malas inyecciones faciales
Una historia de fama, desamor y cicatrices: Lyn May deslumbró con su belleza y presencia en la pantalla, pero detrás de su brillo había un pasado difícil, romances turbulentos y decisiones que marcaron su rostro para siempre.
Fue una de las figuras más impactantes del cine y los escenarios mexicanos. Su silueta, sus rasgos y su carisma la convirtieron en una vedette reconocida en toda América Latina.
A lo largo de los años, su nombre volvió a los titulares por razones muy distintas a las de su esplendor artístico. Algunas decisiones cambiaron su imagen de forma irreversible.
Lo que parecía una vida repleta de aplausos y luces escondía capítulos complejos que aún hoy generan debate y reflexión. Esta es su historia, tal como ella misma la ha contado.
Infancia difícil y su primer matrimonio
Lyn May, cuyo nombre real es Lilia Guadalupe Mendiola Mayares, nació en Acapulco en 1952 y desde pequeña ayudó a su familia vendiendo souvenirs a turistas. Posteriormente, trabajó como mesera, donde conoció a un marinero estadounidense 30 años mayor que se convertiría en su esposo.
Se mudó con él a la Ciudad de México y tuvieron dos hijas. Pero según relató en el programa “El minuto que cambió mi destino”, vivió un matrimonio marcado por el maltrato.
"Yo era una niñita cuando me fui a México; trabajaba en el mercado vendiendo y conozco a un marinero guapillo, y uno por salirse de la pobreza busca un escape. Me dijo: 'Yo te voy a enseñar México, es muy bonito'. Yo le dije: 'Bueno', y me fui con él. Yo era una chamaquita", contó.
Más adelante añadió: "El tipo me golpeaba mucho para sacármela porque no quería hijos, ya tenía hijos grandes. Él tenía como 40 años". Tras cinco años, se separó de él y volvió a Acapulco.
Los inicios en el cabaret y el salto a la fama
De regreso en Acapulco, Lyn trabajó como bailarina en “El Zorro”, además de desempeñarse como mesera y en salones de belleza. Su carrera artística despegó cuando apareció en el programa “Siempre en Domingo”, uno de los más influyentes de la televisión latinoamericana.

Lyn May durante una actuación en su juventud | Fuente: Instagram/lyn_may_
Su participación llamó la atención del empresario Enrique Lombardini, quien la invitó al Teatro Esperanza Iris. Allí enfrentó inicialmente el rechazo del público por no desnudarse, pero en poco tiempo se adaptó al estilo burlesque. Fue entonces cuando se le otorgó el título de “Lyn May: La Diosa del Amor”.
Durante los años 70 y 80, participó en exitosas películas como “Tívoli”, “Las ficheras” y “Noches de cabaret”, consolidándose como una de las vedettes más populares del país. A pesar de no tener formación profesional en danza, destacaba por su presencia escénica.
Su rostro antes de los procedimientos estéticos
En su apogeo, Lyn May fue considerada una de las mujeres más atractivas del medio artístico mexicano. Sus facciones marcadas, cabello oscuro y seguridad la convirtieron en un símbolo sexual de la cultura pop.
Su imagen era central en su carrera: como bailarina, actriz y figura mediática, cuidaba meticulosamente su aspecto. En esta etapa se construyeron las imágenes que más tarde contrastarían con el resultado de una decisión irreversible.
Procedimientos fallidos y transformación facial
En la década de los 90, Lyn buscó acentuar sus pómulos y mandíbula a través de inyecciones de colágeno. Sin embargo, según explicó a “Ventaneando”, fue víctima de una estafa: le inyectaron una mezcla de aceite de cocina, aceite para bebé y agua.
“Abusan porque una es joven, porque una es inexperta. Me inyectaron aceite de comer, de guisar, de bebé. O sean, te dicen que es colágeno, pero no es colágeno; ellas, por sacarte dinero, te dicen que es de lo mejor, pero no lo es”, dijo la artista.
Los efectos no fueron inmediatos, pero comenzaron a aparecer al poco tiempo. “Empiezas a sentir esas cositas que te pican, te dan comezón. Y empiezas a sentir las bolitas, te sale una por acá y otra por allá, son canicas, están duras”, señaló.
Intentó múltiples procedimientos correctivos, algunos en Estados Unidos, pero el daño no pudo revertirse por completo.
“Me la he pasado en muchos consultorios buscando la solución para mi problema. He ido a Estados Unidos, he sufrido mucho, yo ya quería suicidarme, no quería salir. De todo lo que ha pasado en mi carrera, mi vida, ésta es una de las cosas más feas que he pasado”, confesó.
Lyn ha trabajado con un médico que actualmente la ayuda a retirar las bolitas restantes, aunque el proceso sigue en curso.
Relaciones amorosas y momentos personales
Tras separarse del marinero estadounidense, Lyn May se casó en 1989 con Antonio Chi Su, con quien abrió un restaurante chino en Ciudad de México. En 2004, él fue diagnosticado con cáncer de próstata y falleció en 2008.
Años después, en una entrevista, Lyn reveló que exhumó el cuerpo de su esposo: "Era mi pareja, yo viví 25 años con él. No lo quería dejar ir. Lo quería mucho, lo desenterré. Dormía con él", dijo.
Añadió que su madre se oponía a esta decisión: "Mi mamá te lo puede decir, cómo me decía todas las noches que lo dejara descansar... Yo decía 'No, no lo voy a dejar ir'”. Más tarde, su madre logró convencerla de dejarlo ir. Lyn no precisó cuánto tiempo vivió con los restos ni cómo logró superar ese duelo.
También aseguró haber mantenido un romance con un expresidente mexicano, aunque nunca reveló el nombre. Se ha especulado que podría tratarse de José López Portillo, pero ella nunca lo confirmó. En 2008, se casó con el productor Guillermo Calderón Stell, quien falleció en 2018.
Embarazo a los 68 años: una noticia polémica
En agosto de 2021, Lyn May sorprendió al anunciar en Instagram que estaba embarazada a los 68 años, junto a su prometido de 29 años, Markos D1. "Estoy muy contenta de anunciarles que tengo 3 meses de embarazo y Markos D1 está muy contento de que será papá", escribió.
Incluso compartió una ecografía con una fecha de parto estimada para el 12 de enero de 2022. Markos, cuyo nombre real es Marcos Hernández, posteriormente declaró que no mantenían una relación estable:
"Fue algo curioso para mí, porque fui a México al Pepsi Center, a un evento al que nos invitaron. Bebimos. Bebí tanto que ni siquiera sé qué pasó esa noche. Fue una locura".
Agregó que empezó a recibir mensajes en Instagram diciendo “Felicidades porque vas a ser papá”, sin haber sido informado por Lyn previamente. Más adelante, Lyn le confesó que todo había sido parte de una estrategia publicitaria para su gira de despedida.
Reacciones de los usuarios ante su historia
La historia de Lyn May continúa generando comentarios en redes sociales. Algunos usuarios expresaron empatía y comprensión:
“Cuánta gente juzgándola sin saber, realmente una lástima su poca empatía. Para su información, a ella le inyectaron ACEITE EN LA CARA en una negligencia médica, cuando le dijeron que le iban a poner colágeno como tratamiento. Eso provocó no solo mucha hinchazón y dolor, sino también bolitas que ha tenido que ir quitando una por una, no fue en lo absoluto un descontrol de su vanidad. Antes de juzgar, infórmense y no se crean dueños de la verdad absoluta”, comentó una usuaria.
“Pobre, cómo habrá sufrido”, agregó otra persona. "Una amiga hizo esto. La engañaron para que se pusiera las inyecciones y luego le inyectaron veneno en la cara diciendo que era otra cosa. Sobrevivió, pero quería quitarse la vida por cómo le había quedado la cara. Se ha sometido a innumerables cirugías para corregir ese daño, pero nada ha podido devolverle la cara que tenía antes. Ha vivido con depresión durante mucho tiempo, apenas aguantando. Ahora sigue actuando. Su cuerpo está en plena forma incluso a sus más de 70 años. Y sigue concienciando a la gente sobre lo que le pasó", relató alguien más.
Durante su participación en “El minuto que cambió mi destino”, también recibió elogios:
“Lyn May, qué mujer tan valiente, recibir golpes en plena gestación, sacó adelante a sus hijas y todo lo que hizo fue por darles una mejor enseñanza, es una mujer neta, sin pelos en la lengua”, dijo una usuaria. “Qué mujer valiente, ejemplo de cómo salir adelante a pesar del sufrimiento. Dios te bendiga, Lyn May”, agregó otra. “Muy buena entrevista a esta legendaria vedette que sufrió mucho en su infancia y salió adelante por su familia y sus recuerdos, sin rencores y dando mucho por los demás…”, fue otro de los comentarios.
Estas reacciones muestran cómo su historia ha tocado profundamente a muchas personas, generando un debate más empático sobre la imagen, la fama y la presión social.
Una serie biográfica en camino
Lyn May anunció que su vida será adaptada en una serie biográfica, donde se explorarán sus amores, las relaciones con figuras influyentes de la política y la sociedad mexicana, su paso por los cabarets, así como el auge y caída del espectáculo nocturno en México.
Esta producción también abordará el daño estético que sufrió, y cómo ese suceso influyó en su trayectoria y su percepción pública.
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