
Los secretos mejor guardados de Las Trillizas de Oro: amores compartidos, polistas en común y el intento fallido de Julio Iglesias
Las Trillizas de Oro compartieron más que escenarios: coincidieron en el amor, formaron familias numerosas y vivieron de cerca la admiración de Julio Iglesias.
Durante décadas, María Eugenia, María Laura y María Emilia Fernández Rousse fueron parte de la cultura popular argentina y trascendieron las fronteras. Su parecido físico las convirtió en un fenómeno de masas, pero detrás de esa imagen compartida se esconden historias personales que parecen sacadas de un guion cinematográfico.
Al hablar de sus vidas, los puntos en común sorprenden: las tres se casaron con jugadores de polo, decidieron poner en pausa sus carreras artísticas y hoy son madres y abuelas.
Además, sus años de mayor fama coincidieron con la gira que realizaron junto a Julio Iglesias, donde surgió un intento de conquista hacia una de ellas que nunca llegó a concretarse, aunque quedó como una anécdota inolvidable.
Amores paralelos y matrimonios duraderos
A comienzos de los años 80, las tres hermanas iniciaron romances casi en simultáneo y todas eligieron a jugadores de polo como compañeros de vida, una coincidencia notable.
En el caso de María Eugenia, conoció a Horacio Laprida en 1979 en España. Él estaba participando en un torneo de polo y ella se encontraba de gira con Julio Iglesias. Fue un flechazo inmediato. Se casaron en diciembre de 1982 en la Basílica Nuestra Señora del Socorro.
Tuvieron cuatro hijos: Geñi, Horacio Jr., Laura y Pilar. Sobre sus decisiones personales, María Eugenia explicó: "Siempre prioricé a mi familia y cuando tenía un trabajo que no era compatible con los viajes de mi marido, no lo hacía".
María Laura conoció a Ernesto Trotz gracias a su cuñado, Horacio Laprida, en una fiesta de fin de año en 1979. Tras reencontrarse en Punta del Este, comenzaron una relación y se casaron el 29 de junio de 1983, en la misma iglesia que su hermana, la Basílica Nuestra Señora del Socorro.
Fueron padres de Bárbara, Paulina y Ernesto Jr. Sobre esa etapa, ella sostuvo: "La decisión de acompañar a nuestros maridos no fue un sacrificio ni lo que correspondía, sino que lo elegimos convencidas".
Por su parte, María Emilia fue la última en conocer a su futuro esposo. Sin embargo, fue la primera en llegar al altar. Conoció a Clemente Zavaleta en 1981, en un partido de polo. Apenas ocho meses después ya estaban casados. Tuvieron tres hijos: Emilia, Clemente Jr. y Sonia.
En palabras de Emilia: "El nuestro es un matrimonio con mucho compañerismo. Tengo un amigo en mi casa y eso es muy importante".
Estas tres historias muestran cómo, pese a sus carreras en ascenso, las hermanas decidieron priorizar la vida familiar. Todas coincidieron en seguir a sus maridos por el mundo, adaptándose a los calendarios del polo y encontrando en ese estilo de vida una elección compartida.
Cuando compartían gustos y la insistencia de Julio Iglesias
En una entrevista, las Trillizas de Oro revelaron cómo manejaban los gustos compartidos en su juventud. "Siempre nos gustaron los mismos, pero decidían ellos", admitió María Laura. Además, bromeó: "Decían: 'agarrá a cualquiera que a mí me da lo mismo'".
Ese detalle fue acompañado por una confesión divertida: algunos de esos jóvenes terminaron siendo esposos de las hermanas. María Emilia lo expresó con humor:
"Aparte siguen en la familia los que dijeron eso. Son los maridos de estas dos: Laprida y Trotz. Zavaleta nada, es un santo".
En esa misma charla surgió el nombre de Julio Iglesias. Fue María Laura quien aclaró que el cantante mostró un interés especial hacia ella, aunque nunca pasó nada más allá de lo platónico: "Yo fui la única mujer que Julio Iglesias quiso conquistar y le dije que no".
La situación quedó como una anécdota de juventud. Ella misma explicó que siendo tan joven es normal ilusionarse con alguien inalcanzable, pero que en su caso no hubo ningún enamoramiento. Emilia agregó un detalle musical: la canción "Pregúntale" podría haber tenido relación con un consejo que Laura le dio al cantante, aunque la propia María Laura lo negó.
Estas confesiones demuestran que, aunque las tres compartieron escenarios y amistades, también enfrentaron situaciones en las que lo personal y lo artístico se cruzaron de forma inesperada.
La gira internacional que marcó sus vidas
En otra entrevista en 2023, las hermanas recordaron la gira que realizaron junto a Julio Iglesias cuando tenían 17 años. Contratadas como coristas, viajaron por distintas ciudades del mundo durante dos años.
Su debut fue en Caracas, Venezuela, en 1978, y la gira culminó en el Madison Square Garden de Nueva York en 1979. Esta oportunidad representó el inicio de sus carreras profesionales junto a un artista de renombre internacional.
Fue durante esa experiencia que Julio Iglesias mostró un interés particular en María Laura. Su hermana Emilia contó con humor: "Él no podía porque estaban mamá, papá y nuestro representante. No pudo".
Además de lo artístico, esos años fueron fundamentales en lo personal. María Eugenia conoció a Horacio Laprida en ese mismo período, mientras trabajaba junto al cantante. Así, la gira no solo les dio visibilidad mundial, también coincidió con los primeros pasos hacia la vida familiar que hoy comparten.
Un vínculo que permanece en el tiempo
Aunque el intento de Julio Iglesias con María Laura nunca pasó de lo anecdótico, el lazo con él se mantuvo. En septiembre de 2023, las Trillizas publicaron en Instagram un saludo por su cumpleaños:
"Qué lindo haber compartido tantos escenarios, tantas galas, tantos conciertos y tantas anécdotas. Gran artista, compañero, compinche y caballero… feliz cumpleaños @julioiglesias, un real seductor jaaa".
Este mensaje reflejó que, a pesar de las décadas transcurridas, la relación sigue siendo de respeto y cariño. La experiencia de haber compartido escenarios, viajes y vivencias con el cantante permanece como parte de su historia.
Hoy, los recuerdos de sus matrimonios con polistas, sus extensas familias y la huella que dejó Julio Iglesias en su trayectoria forman parte de los secretos más comentados de estas tres hermanas. Sus vidas en paralelo se convirtieron en un testimonio de cómo lo personal y lo profesional pueden entrelazarse y dar lugar a una historia de vidas compartidas emocionante y bella.