
Lorna Gemetto, la "fan número uno" de Susana Giménez, habló de su fanatismo por la diva — Los detalles
La historia detrás del fanatismo que cambió una vida: cómo una admiración infantil se transformó en inspiración, propósito y camino de superación personal.
Desde niña, Lorna Gemetto sintió una conexión profunda con una figura que marcaría su destino. Lo que comenzó como una simple admiración se convirtió en el centro de su desarrollo personal y profesional.
Su historia no solo habla de fanatismo, sino también de resiliencia, aprendizaje y superación. A través de una pasión intensa, logró encontrar un propósito que la impulsó a vencer obstáculos y alcanzar sus metas.
Hoy, Lorna es periodista, abogada y un ejemplo de cómo un interés profundo puede transformar la vida de una persona. Su vínculo con Susana Giménez, lleno de respeto y cariño, se convirtió en una fuerza que la acompañó en cada etapa de su camino.
Los comienzos de una admiración única
A los diez años, Lorna Gemetto descubrió una pasión que marcaría su vida: su interés por Susana Giménez. Según relató, su madre encendió el televisor el 1° de abril de 1987 para ver el debut del programa "Hola Susana". "Mi mamá me retó porque me hacía mal a la vista, pero la sigo desde ahí", recordó. Aquel momento fue el inicio de un lazo que, con el tiempo, trascendería la pantalla.
Durante su infancia, Lorna no podía asistir a los espectáculos de su ídola, pero su admiración crecía. Diez años después, decidió escribirle una carta.
"Mi mamá me dijo: '¿Por qué no le escribís una carta contándole tu historia y que tu sueño es conocerla? Con tu nombre le va a dar curiosidad y la va a abrir'. Y eso hice", contó. Poco tiempo después, recibió una respuesta de la propia Susana, quien la invitó a presenciar su programa.
A los 19 años, ese encuentro se hizo realidad. "Ella me dijo: '¿Cómo te iba a llamar si no me pusiste tu teléfono?'", recordó entre risas. Desde entonces, la joven se convirtió en una presencia constante en la vida de la diva.
"Empecé a hacer guardia en su casa para verla cada 15 días hasta que se fue a vivir afuera y desde ese entonces, nos vemos al menos una vez por año. Ni la pandemia pudo evitarlo gracias a su generosidad, que quiso recibirme aún en el 2020", relató.
El hiperfoco como herramienta de crecimiento
El fanatismo de Lorna por Susana va más allá de la simple admiración. Según explicó, se trata de un "hiperfoco", una característica propia de las personas con autismo de alto funcionamiento. Este tipo de enfoque profundo puede convertirse en una fuente de desarrollo personal y social.
"Yo tuve la suerte de que Susana es muy buena persona. Me tuvo paciencia, me prestó atención, aun sin saber que yo era distinta", expresó.
Gracias a esa motivación, Lorna aprendió a desenvolverse por sí misma. "Aprendí a viajar para ir a ver a Susana, porque mis padres no me iban a llevar a verla. Al menos, no con la frecuencia que yo quería", explicó. Su interés también la ayudó a adquirir nuevas habilidades. "Yo quería hacerlo, entonces aprendí a cortar y pegar gracias a eso. Si no, no hubiera aprendido", contó.
El diagnóstico de autismo llegó más tarde, cuando tenía 30 años. "Mis padres no quisieron pagarme otra carrera porque pensaron que era vaga. Lo mismo cuando no conseguía trabajo y en realidad era que no sabía muy bien cómo hacerlo. Ocho años estuve para obtener un diagnóstico", relató.
El descubrimiento llegó gracias a un amigo que estudiaba psicología: "En una de las materias hablaron sobre autismo, le resonó y me llamó para decirme: 'Ya sé lo que tenés vos'".
Una vida profesional construida con esfuerzo
Más allá de su pasión, Lorna desarrolló una carrera sólida. Se recibió de abogada a los 22 años y, tras muchos años, comenzó a ejercer en el estudio jurídico de Mauricio D’Alessandro. "Ya tengo algunos expedientes chicos, para ir avanzando", explicó.
También trabaja como periodista y participa en radio y streaming, demostrando su capacidad de autogestión. "Siempre digo que tengo oficio de periodista, pero alma de artista aunque en realidad tengo cuatro carreras, pese a mi diagnóstico", afirmó.
Durante una entrevista, recordó cómo Susana fue una influencia constante incluso en su educación. "Le comenté a la secretaria y me dijo: 'Susana te va a mandar estudiar'. Y así fue. Me dijo que no deje la carrera, que la vea los jueves que era el día que no cursaba, y así hice. No abandoné, grababa los programas que no llegaba a ver".
Su sueño sigue siendo formar parte del mundo del espectáculo. "Yo siempre quise estar en el medio y antes de conocer a Susana no decía que quería ser actriz o cantante, sino estrella de televisión. Hasta que a los 10 años la conocí y quería ser como ella", contó.
Aunque reconoce sus limitaciones, no pierde la esperanza: "Sería como para un niño trabajar en Disney World, pero creo que no doy el rol porque son todas flacas. Y si no puedo ser su productora, que eso lo sé hacer muy bien".
La relación con Susana y los gestos que marcaron su vida
El vínculo entre ambas está lleno de gestos de cariño y complicidad. "Como siempre me veía desabrigada, me regaló una campera divina. ¡Es la única que logra que me ponga una campera!", recordó Lorna.
"Cuando cumplí 30, que fue el primer cumpleaños que pasé con ella, me regaló un tapiz con la imagen de la Reina de Corazones. Después me regaló un rompecabezas, una gigantografía, una tela con la imagen de ella, me hizo varios regalos. Pero su mayor regalo es cuidarme", agregó.
Susana, según Lorna, siempre se preocupó por su bienestar. "Cuando me la cruzaba en alguna provincia me decía: '¿Cómo viniste hasta acá, dónde vas a dormir? No vayas a dormir en la calle porque te mato'. Entonces le contestaba que iba a dormir en el micro. 'Bueno, está bien, no me gusta mucho, pero en el micro está bien', me decía. Me cuida como una madre".
Su admiración también le abrió las puertas de la aceptación. "Cuando realmente estuve con ella, llevé la foto al colegio, me hice popular y mejoró mi vida. La gente empezó a quererme y hasta hice amigos, todo gracias a Susana". Hoy, Lorna administra el grupo de Facebook "Amor por Susana Giménez", que reúne a más de 27.800 seguidores.
El legado de una historia inspiradora
Lorna continúa siendo una figura querida por muchos. En redes sociales participa en entrevistas y juegos sobre su ídola, como en el video de NTM titulado "¿Cuánto sabe Lorna sobre Susana?", donde demostró su conocimiento sobre la conductora.
Su historia refleja el poder transformador de una pasión genuina. A través del fanatismo, Lorna encontró un camino hacia la independencia, la confianza y la aceptación personal.
Más allá del apodo que le dan los medios como "fan número uno", Lorna Gemetto representa la importancia de aceptar la diferencia, encontrar propósito en lo que se ama y vivir con autenticidad. Su vínculo con Susana Giménez trasciende el espectáculo: es una historia de comprensión, empatía y crecimiento compartido.
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